
El hecho se produjo luego de que el agresor por motivaciones desconocidas, destrozó los ajuares de su vivienda, donde vive con un padrastro, rompió puertas y ventanas de las casas de sus vecinos, degolló nueve gallinas y se comió algunas de sus cabezas. Según los lugareños, este joven que practicaba el beisbol, no es delincuente, ni usa vicios y adjudicaron esta acción al presunto trastorno mental que presenta.
